Crítica de discos: Kings of leon – Mechanical Bull


Kings of Leon

Mechanical Bull

RCA – 2013

 

 

El sorpresivo éxito de Only By The Night (2008) (un auténtico superventas con más de 6 millones de discos vendidos) estuvo a punto de convertirse en la peor pesadilla para Kings of Leon. El cambio de simpaticona banda sureña a ser el nuevo grupo llena-estadios se saldó con el deterioro de las relaciones entre los miembros del grupo, un disco edulcorado como Come Around Sundown (2010), así como los problemas con el alcohol del vocalista Caleb Followill, detalles que hacían prever que Kings of Leon estaban más cerca la separación que de grabar un nuevo álbum.

Sin embargo, y desde un foco mediático mucho menor que en años anteriores, se puede decir que la familia Followill (Caleb -voz y guitarra, Nathan -batería-, Jared -bajo-, y Matthew -guitarra solista-) ha superado la resaca y firmado su sexto disco de estudio, que muestra mejorías con respecto a su última entrega. Mechanical Bull abre con el single Supersoaker, un refrescante y veraniego hit que recuerda al sonido de sus comienzos, con ese “i don’t mind sentimental girls at times just to walk away” cantado a pleno pulmón y que supone un comienzo bastante optimista.

Lo cierto es que pese a que han pulido mucho su sonido desde Youth and Young Manhood (2003) o el excelente Aha Shake Heartbeat (2004), en este disco vuelven a recuperar un poco sus raíces e influencias como Black Crowes o My Morning Jacket, no quedándose aislado el fogonazo rock en el primer single. Y ahí están los siguientes cortes, Rock City o la contundente Don’t Matter (un homenaje a los mejores Guns’n Roses) para demostrarlo.

Beautiful War, que pertenece a su vertiente más romántica, es otro de los momentos destacados del álbum, con ese ritmo trotón que tan bien saben combinar Matthew, Jared y Nathan Followill hasta llegar al clímax del segundo estribillo. En la contagiosa Temple vuelven a ganar protagonismo las guitarras, siendo quizás la mejor combinación dentro del álbum entre sus influencias clásicas tipo Creedance Clearwater Revival y la épica del Only By The Night. Wait For Me es la sucesora de Use Somebody, nostálgica, ideal para los momentos de mechero en alto.

La segunda mitad mantiene el listón por temas como Family Tree, con la rasposa y susurrante voz de Caleb insinuando por encima de una línea rítmica que por momentos es deudora de Fools Gold de The Stone Roses, o la alegre Comeback Story. Tonight también tiene fuerza, aunque es demasiado parecida a hits anteriores de la banda como Sex on Fire y Notion, mientras que en Coming Back Again confirman la influencia que en los últimos años ha representado U2 para los Followill, en especial por esos riffs a lo The Edge. El disco se cierra con la autobiográfica On The Chin y dos bonustracks que no añaden nada especial al disco como Work On Me y Last Mile Home; pero en general, lo que queda es un muy buen regreso de Kings of Leon, que han facturado su disco más equilibrado y enérgico en años.

Juan Pablo Reig

 

 

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