Crónica de conciertos: Low Festival 2018: Un Décimo Aniversario de todo y para todos


La llegada del Low Festival tiene un significado agridulce para una servidora. Por un lado, ese nostálgico y alegre ritual de pisar Benidorm cada finales de julio desde hace 7 años. Por otro, saber que significa el fin de la ruta festivalera primavera – verano.

Con más de 20.000 abonos vendidos y colgando el cartel de sold out para la jornada del sábado. Así arrancaba la décima edición del festival, y poco importaba ya la aparente decepción expresada por muchos fieles asistentes hace unos meses una vez cerrado el cartel, apelando a la falta de ambición por parte de la organización. Con una entrada de récord y sin incidentes de importancia, esta edición definitivamente será recordada como una de las más exitosas de los últimos años.

El viernes, jornada inaugural, decidí reservar las energías y comenzar con La Plata sobre las 22.15, los cuales y tras una modificación de última (ultimísima) hora intercambiaban su horario con Mujeres. Era la tercera vez este año que elegía encontrarme con los valencianos y sin duda la mejor de todas ellas. Sonido potente en el pequeño y maravilloso escenario Jägermeister mientras sonaban los temas de Desorden (su primer largo y firme candidato a disco nacional del año), un ambiente que te hacía perder de golpe 10 años (bueno, tal vez algunos más) y la sensación de presenciar algo grande, una evolución pasmosa.

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León Benavente. Foto: JavierPhotoRosa | Music Photographer

León Benavente. Qué decir de ellos. Apuesta segura en cualquier festival y tercera vez en el Low en los últimos 4 años. Porque si algo funciona, ¿por qué cambiarlo, preguntan algunos? En cualquier caso, nada se le puede reprochar al festival en lo que respecta a apostar por el rock patrio, y esperamos que así siga.

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Phoenix. Foto: JavierPhotoRosa | Music Photographer

Turno para el cabeza de cartel de la noche. Los franceses Phoenix presentaban los temas de su infravalorado Ti Amo, publicado el pasado año, pero sin olvidar los éxitos que les han llevado a ser considerados como uno de los referentes del indiepop de la última década. Todavía nos pitan los oídos por los graves, desde las primeras filas.

Pero para mí los cabeza de cartel de esa noche eran mis queridos Mujeres, de nuevo en ese pequeño escenario Jägermeister que hay que proteger a toda costa. De nuevo las mismas caras jóvenes que veíamos en La Plata, de nuevo esa brisa fresca (hablando metafóricamente. La sensación térmica era de estar a 40 grados durante todo el festival), algún tímido pogo aquí y allí. Todo más en orden en el garage estatal.

Y una, que es moderna, rockera pero también muy bakala, decidió acabar la jornada con Vitalic. Pascal Arbez lleva más de 20 años de referente en escena dance y electrónica europea y el viernes noche puso patas arriba la ciudad deportiva Guillermo Amor. Un más que suculento aperitivo para lo que nos esperaba, a la misma hora pero al día siguiente en ese mismo escenario Vibra Mahou.

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The Chemical Brothers. Foto: Liberto Peiró.

Todo lo que pueda decir respecto a la jornada del sábado quedará inevitablemente eclipsado por el espectáculo audiovisual desplegado por The Chemical Brothers. Mucho se ha dicho en estos días (todo bueno) sobre esto pero realmente las palabras no pueden hacerle justicia. Ed Simons y Tom Rowlands han sabido interpretar la combinación de luz, imagen y sonido como nadie de su generación sin bajar el nivel durante más de 20 años. El público, para mi grata sorpresa, respondió al mismo nivel y en el escenario principal ya no cabía un alma llegadas casi las 2 de la mañana (un acierto total la hora elegida. GRACIAS a quien corresponda). Euforia desmedida mientras se sucedían los hits, empezando con Go, siguiendo con Do It Again y Believe o ese homenaje a New Order con ese fantástico mix Temptation + Star Guitar. Aunque, como es habitual en un show de Los Hermanos Químicos, el clímax llega con Hey Boy, Hey Girl. Puños en alto y locura desatada mientras el campo se teñía de verde. ¿Quién decía que sería imposible revivir la euforia vivida en el Festival de Benicàssim con los mancunianos dos años atrás? Se superó y con creces. Que vuelvan. Todos los años.

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Biffy Clyro. Foto: JavierPhotoRosa | Music Photographer

Un rato antes habíamos experimentado una buena dosis de rock alternativo. “We are Biffy fucking Clyro”, repetía una y otra vez Simon Neal, líder de la banda escocesa Biffy Clyro, que a base de decibelios, sudor y torsos desnudos pusieron en bandeja la parte más auténtica del rock a los allí presentes.

Hubo también tiempo para el post-rock nacional de la mano de Dûrga. Ellos, agradecidos a los pocos que decidimos esquivar a Los Planetas programados a la misma hora. Nosotros, todavía más agradecidos de que el Low siga apostando por bandas nacionales tan prometedoras (no os perdáis su debut, De Lira Ire, publicado este año). Por esta y por otras muchas razones seguiremos también apostando por este festival.

Aunque el cuerpo apenas daba para más después de un fin de semana de desenfreno festivalero sin tregua, el fin de fiesta el domingo estuvo a la altura de lo esperado. Una de las bandas que más ganas tenía de volver a ver eran Woods y aunque el horario no acompañaba (Woods son ideales para una puesta de sol y en cambio nos tocó el sol puesto) ellos aguantaron el tipo.

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Editors. Foto: Katacroker Soy

No falté tampoco a mi cita habitual con el señor Tom Smith, líder de la carismática banda británica Editors. Sin bien apenas queda rastro de su vertiente más Joy Division o Interpol (sonido que los catapultó a la fama a mediados de la década pasada) los de Birmingham siguen siendo hoy en día una firme apuesta de rock alternativo para cualquier festival.

Poco que reprocharle al festival este año (el tema de la cerveza templada, tomad nota para la próxima edición). El Low sigue siendo referente en cuanto a sostenibilidad en nuestro país (¿para cuándo otros festivales de más renombre?) y sigue apostando por bandas emergentes que se mezclan entre un line-up más masivo, necesarios para hacer posible la continuidad del proyecto. En definitiva, el Low tiene de todo y para todos. Larga vida al Low Festival.

Rebe Pe

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