Llevábamos años esperándolo, y al fin ha llegado: ya está disponible El Retorno, el álbum debut de Santiago Motorizado en solitario. El líder de la banda argentina El Mató a un Policía Motorizado presenta su primer disco como solista: una obra profundamente singular y una joya para los admiradores del estilo tan personal del compositor argentino.
Cada canción de El Retorno refleja las pasiones de Santiago Motorizado: el cine, los héroes que lo han inspirado, el fútbol y las sutilezas del amor, entre encuentros y desencuentros. A través de diez temas, el músico nos lleva en un viaje hacia sus inquietudes más personales. Siguiendo ese ritmo soft rock asimilado a El Mató a un Policía Motorizado pero en una clave más acústica, Santiago consigue un sonido clásico y directo que penetra al oyente con cada acorde. Y su excelente lírica, que salta entre emociones sin dificultad, refuerza la esencia tan especial de su música.
Los primeros adelantos de El Retorno marcaron el camino que seguiría el disco: una riqueza melódica e instrumental sublime como en Google Maps y la poderosa cadencia maquinal del pop edificada sobre cimientos rock de La Revolución. El resto de temas le siguen. La apertura al son de Camino de piedras nos recuerda esa temática recurrente a lo largo de su obra, la verdad y la culpa, la lucha entre el bien y el mal. Y para cerrar, la infatuación instantánea convertida en canción a través de modulaciones y cambios de tonalidad, Dana.
Ese estilo tan personal y mágico de Santiago Motorizado se muestra en todo el disco: la tristeza y ternura de El Gomoso, los sueños imposibles en Amor en el cine, el rock épico en la balada No me trates mal… E incluso hay espacio para una versión muy especial de Jazmín Chino, original de 107 Faunos e imprescindible en los directos de Santiago.
El Retorno marca un nuevo comienzo para el músico, que hasta ahora sólo había trabajado en solitario para publicar bandas sonoras como La muerte no existe y el amor tampoco o Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro. Uno que aplaudimos con emoción.