En menos de tres minutos, el cuarteto formado por Ángela y Carolina Álvarez, Paula de Rufino y Álvaro Pidre convierte un gesto cotidiano —vapear— en una parodia de las falsas necesidades que impone el consumo. Una sátira envuelta en humor y lucidez, marca de la casa. Y ojo, Bea Vapea es solo el principio.
Fieles a su estilo “chirll-out” —ni punk ni pop, sino lo que les sale de la chirlla—, Estrogenuinas ponen el foco en una de las grandes ironías de la modernidad: cómo el mercado consigue vendernos la pureza empaquetada, el bienestar plastificado y la libertad en formato desechable. «Se gasta el mismo dinero / pero no le huele el pelo / se gasta el mismo dinero / en sandía y pomelo», canta Ángela con sarcasmo filológico, mientras su voz rasgada se abre paso entre guitarras punzantes y una base rítmica vibrante.
Musicalmente, Bea Vapea condensa el ADN de Estrogenuinas: guitarras afiladas, bajo punzante y una batería que galopa entre el punk y el pop con desparpajo. En menos de lo que tarda un cigarro en consumirse, la canción arranca con una voz que arremete a velocidad vertiginosa sobre riffs urgentes, desembocando en un pasaje vaporoso que culmina en un estribillo tan pegadizo como el olor del pitillo adherido a la punta de los dedos.
El sonido respira urgencia, inteligencia y una producción tan precisa como explosiva que corre a cargo de Edu Molina, quien logra capturar la energía en bruto del grupo sin restarle definición ni frescura. Cada instrumento ocupa su espacio con naturalidad y contundencia, cada verso entra con una sonrisa torcida. En conjunto, Bea Vapea suena a banda en directo, a sudor, a ironía eléctrica.
La canción es una fábula contemporánea sobre la desconexión disfrazada de modernidad guay. El vapeo se convierte en metáfora de una sociedad que aspira a flotar -en una nube literal y figurada-, donde «nada baja, todo sube». El humo ya no incomoda, pero tampoco une: no hay mechero que compartir ni conversación que encender. «Fumar no te hace sociable / no hablas con la gente / no te importa nadie», apuntan con la contundencia de quien observa el absurdo sin dejar de reírse de él.
Con Bea Vapea, Estrogenuinas firman otro capítulo de su particular cruzada humorística: canciones que hacen pensar sin perder el pulso del placer. Desde la comedia al imaginario pop más ácido, el grupo sigue defendiendo su espacio propio: el de quienes se niegan a elegir entre la risa y la crítica, entre el ruido y la reflexión.
Bea Vapea es, en definitiva, una canción sobre el humo -el literal y el simbólico-, sobre cómo la sociedad contemporánea convierte los vicios en tendencias y las tendencias en refugio. Estrogenuinas disparan su crítica con ritmo, ingenio y un sentido del humor que no deja títere con cabeza. Un regreso eléctrico y necesario que anticipa un disco que promete ser, como ellas mismas, brillante, mordaz y peligrosamente adictivo.
