Crítica de discos: The Black Keys – Turn Blue


The Black Keys

Turn Blue

Nonesuch 2014

black keys

En una entrevista reciente, Dan Aueurbach y Patrick Carney, se mostraban extrañados ante el fenómeno mediático que se ha formado ante ellos, con frases como “se supone que a grupos como nosotros no debería pasarnos esto, es una locura” o “no conocemos a nadie de Nueva York, no somos de ninguna escena”. Sí hubiera que vincularlos a algún movimiento, este sería efectivamente el renacer del garage en NY a principios de los 2000 articulado en parte gracias al éxito de The Strokes o White Stripes, pero su carrera ha tenido un desarrollo totalmente distinto. Sus primeros trabajos, The Big Come Up (2002), Thickfreakness (2003) y Rubber Factory (2004), destacaban por revisar el clásico sonido de blues con algo de hard-rock, gustando de las técnicas de baja fidelidad (grabadoras de cinta, bootlegs) para dar identidad a su sonido. Este experimentó una cierta apertura en Attack And Release (2008) de la mano de Danger Mouse (conocido por su trabajo con Gnarls Barkley, entre otros), y los buenos resultados de este disco les llevaron a repetir productor en sus siguientes trabajos.

A estas alturas pocos quedan que desconozcan la valía de Brothers (2010), quizás su mejor combinación entre blues, soul y rock sesentero, o la de El Camino (2011), donde la eufórica Lonely Boy, acompañada de un enorme video, llevaba al dúo de Ohio hasta todos los hogares. Así pues tanto en términos de impacto comercial como de calidad, su retorno era uno de los más esperados del año.

La primera sensación tras escuchar Turn Blue por vez primera, es que se trata de un álbum más tranquilo y pacífico que los anteriores, que empezaban como torbellinos. Por ejemplo el primer corte, Weight of Love, tiene la guitarra más etérea de su carrera, inspirada en Breathe de Pink Floyd. Un magnífico comienzo, con un Dan Auerbach cantándole a la soledad sobre un buen duo bajo-batería, y en el que también podemos destacar los solos de guitarra del final. In Time, es otra prueba de que están intentando nuevas probaturas, con esa especie de rítmica funk-soul que podría hacer sonreír (y bailar) a los seguidores de Marvin Gaye.

Este atrevido y notable comienzo de disco se ve un poco lastrado cuando se llega al tema homónimo; Turn Blue es ver a The Black Keys con el piloto automático, con una lánguida melodía de soul que ya han hecho anteriormente y mejor (Too Afraid To Love You en Brothers, por ejemplo). El single Fever es una curiosidad pop que no pega mucho con ellos, no es un hit guitarrerro a lo Howlin For You, pero cuenta con un riff contagioso de teclados estilo Kids de MGMT que te hace mover los pies en cuanto menos te lo esperas. Year in Review incide en ese planteamiento más bailable, aunque es algo que choca un poco al analizar las letras de Dan Auerbach, marcadas por su reciente divorcio (“you don’t wanna know more, and you’ve been down this road before, so leave it alone, just leave it alone”).

Lo variado de Turn Blue hace que te encuentres un poco de todo, la psicodelia del inicio regresa en Bullet In The Brain, mientras It’s Up Too You Now responde un poco a los que ansiaban algo más crudo y pantanoso (impresionante la guitarra), con una batería muy tribal a cargo de Patrick Carney. Sorprendente resulta la delicada Waiting On Words, donde a base de una guitarra en vibrato y un falsete agudísimo de Dan Auerbach crean una balada de alto nivel.

Los cuidadosos arreglos sonoros de Danger Mouse tienen mucha presencia en 10 Lovers y In Our Prime; la primera es un buen homenaje al soul-disco de Diana Ross, mientras que en la segunda vuelven a conectar con el rock lisérgico de los sesenta. Un disco tan clásico no podía cerrar mejor que con el himno de autopista que es Gotta Get Away, autentica brisa de verano, recordando la esencia de grupos como Creedance Clearwater Revival, Stealers Wheel o America.

The Black Keys destensan musculo y se alejan considerablemente del blues, en dirección hacia terrenos más psicodélicos, de soul, e incluso de disco; ampliando su paleta sonora en un movimiento con ciertas similitudes al emprendido por Arctic Monkeys en AM. El giro sigue siendo respetuoso tanto con sus influencias como con su esencia trotona, por lo que Turn Blue se convierte desde ya en uno de los discos de esta primavera.

Juan Pablo Reig

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