Crítica de discos: McEnroe – Las Orillas (2012, Subterfuge)


 

No voy a engañar a nadie, descubrí a McEnroe en 2009 y a su entonces segundo disco (Tu Nunca Morirás) apenas les di escuchas y guardé en un rincón. Les di una segunda oportunidad el año pasado y fue diferente, una sensación de paz, armonía y calidez que sobrevino y practicamente me transformé al instante al McEnroismo.

Lejos de su numbre, que evoca al mítico y malhumorado tenista de los 80, se esconde un grupo de rock afincado en el País Vasco, que se dedica a un rock cálido y tranquilo, donde la fuerza de sus letras evoca a la reflexión y a los placeres más ocultos del género humano. Deliciosas melodias y susurros de Ricardo Lezón que se dedica con gran tino a las tareas vocales y al grueso de la composición y al resto de sus secuaces que han elaborado un tercer disco, «Las Orillas» editado por Subterfuge, para uso y disfrute de aquellos incondicionales que se quedaron prendados de sus anteriores trabajos, Mundo Marino (2008) y el citado al principio, Tu Nunca Morirás (2009), y que sacan a la luz 3 años después.

9 piezas melodramáticas y que están llenas de sentimiento, que nos harán reflexionar, meditar, pensar, y que cualquiera que escuche y tenga algo de bondad, sabrá apreciar, es decir, no es un disco para aquellos amantes de la estrofa rápida, fácil y superficial. De ahí la controversia que generan, y muchos tildan de aburridos. Señor da sentimientos a todos aquellos que los escuchen.

«La Palma» y «Agosto del 94» abren un disco que nos da un soplo sensible, tranquilo, delicado, y que se conjuga con «Vistahermosa» y alcanza cuotas de amor doliente en «Arquitecto» y la brillante «La Cara Noroeste», donde surgen desgarradores versos como “Extraña forma de morir vivir pensando en ti”, pero que lejos de evocar a una depresión profunda, resucita en la brillante «Las Mareas» que evoca a no cerrar la puerta a los sentimientos amorosos.

El disco se cierra de manera brillante con «Astilleros» que sigue la vena melodramática y «En Mayo» con vibrante final, para cerrar con una memorable «Mundaka» tema pop delicado y sutil.

Nota:

 ★★★★★★★★★☆ 

Xavi Hernández

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