Space Surimi presentan su nuevo disco «Starfish Troopers»


Space Surimi, los chicos malos de Marte, tiran la casa por la ventana en «la primera película interpretada por seres de otro planeta REALES». O eso pensaban al menos Warner Bros, Sony Pictures y Paramount Pictures, majors a la gresca por conseguir esta codiciada producción.

Claro que nuestros queridos Eddie Coopermen y Carlboro han preferido confiar de nuevo en el buen hacer de Warm Film Studio, con quienes ya habían trabajado en otro taquillazo suyo, la buddy movie «Policía del amor». Y lo que se han sacado finalmente de la manga (ancha) es un videoclip – y el primer videosingle con el que Space Surimi nos presentan su nuevo trabajo, ese «Starfish Troopers» dispuesto a conquistar la galaxia- que parece haber gastado todo su presupuesto en packs de seis birras.

«Follow The Linier», como la canción que pone -es un decir- en imágenes, es 100% Space Surimi. De eso no hay duda. Un delirante homenaje a las pelis de serie B que mezcla con desparpajo ciencia ficción de baratillo, un arsenal de beats que haría explotar a la mismísma Estrella de la Muerte y unas rimas marca de la casa que son la envidia de la Vía Láctea.

«La idea del videoclip, que fue grabado en Jerez de la Frontera«, nos avisan Space Surimi por si los decorados nos hubieran llevado a engaño, «era hacer un guiño al cine de serie B, como las películas de Roger Corman, de la Troma o de la Cannon. Y por supuesto al principio podemos ver una clara referencia a «Intergalactic» de los Beastie Boys«. Desde luego, el videoclip es totalmente ciencia ficción: en uno de sus planos, Eddie Coopermen aparece con un particular sable láser en sus labios en unas rocas con el mar de fondo, ¡¡¿¿en Jerez??!! Ejem.

Entre tanto delirio, alguien debería contarnos de dónde viene la idea para un videoclip así… y hasta dónde ha llegado. «Se podría resumir todo muy fácil», nos cuentan nuestros marcianos favoritos, «la idea era contar cómo unos alienígenas que andan rodando una peli de bajo coste en el planeta Tierra acaban transformando el rodaje en una parranda sideral y ablandando los corazones de todos los allí presentes«.

¿No nos estarán dando xenormorfo por liebre y al final esto va a ser una comedia navideña a lo «Elf»? Con Space Surimi nunca se sabe. Ya lo cantan en este «Follow The Linier», cuya premier ha tenido lugar hoy en la pantalla de Mondosonoro: lo suyo no es ni blanco ni negro, sino nuclear. O como también dejan claro en su adictiva letra: «¿Qué coño es esto? La música que escuchan los Terminators«. Así de simple, chavales.

Lo de Space Surimi es pura fantasía. El Mc Eddie Coopermen y el productor Carlboro forman una de las parejas creativas más en forma del hip hop nacional. Su mundo está lleno a rebosar de imaginaría pop, referencias al loco mundo de internet, y guiños constantes al consumismo digital, desde los videojuegos y sus escenarios virtuales a los productos que han marcado su generación. Una generación que ya comienza a rendirse a los encantos del dúo: con temas como «Danger», Space Surimi pueden presumir de acumular más de 2.000.000 de reproducciones en Spotify. Ahí es nada.

Space Surimi facturan un rap fresco e irreverente, difícil de encasillar; un cúmulo de tics a la cultura callejera y a los sonidos más underground que engloba desde el electro más primitivo al Gfunk, la música disco o el Miami Bass. Y todo cocinado en su cuartel general de Jerez de la Frontera. Puro arte.

«Starfish Troopers», su nuevo LP, es definido como puro sonido retrofuturista. Lo más parecido a meter en un acelerador de partículas a Grandmaster Flash, Kurtis Blow, Los Chichos y Model 500. Un MC y un productor haciendo los macarras sin control armados con un buen arsenal de cacharros electrónicos y poca vergüenza. Como bien dijo Marta Echeverría hace apenas unas semanas en su «Hoy Empieza Todo» tras estrenar el primero de sus singles, el inmenso «Follow The Linier»: «Si no existieran, ¡habría que inventarlos!».

«Starfish Troopers» no es solo sonido retrofuturista, es también nihilismo cósmico. Es freír el pescaito con el rayo de una pistola láser. Es como si un platillo volante aterrizara en el polideportivo de tu barrio, abriera sus compuertas y montará una verbena interestelar. Los crustáceos del espacio han vuelto con el caparazón más duro que nunca.

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