Crónica de conciertos: White Lies – La 2 de Apolo, Barcelona. 13-05-2022


Viernes por la tarde; por fin llega la hora de dar la bienvenida oficial al fin de semana. Esta vez tenemos grandes planes para una tarde primaveral que ya huele a verano: la primera cita de White Lies en nuestro país desde 2019. Servidora ya había podido disfrutar de esta gira justo un mes antes, en Ámsterdam, pero tenía ganas de ver cómo se las apañaban en una sala mucho más pequeña. Pasan cinco minutos de las nueve cuando se apagan las luces y de los altavoces empieza a sonar la intro de «Am I Really Going To Die». Hay expectación. Las entradas no están agotadas, pero la sala está casi llena y con ganas de fiesta. En seguida aparecen los tres miembros de White Lies sobre el escenario junto a Tommy Bowen, el teclista que los acompaña en todas las giras. «Creo que es la vez que sacaré las mejores fotos a un batería», comenta una fotógrafa. Y es que aquí no hay protagonismos: Harry, Jack, Charles y Tommy se reparten a lo largo de un escenario especialmente cercano al público en una línea casi recta; no se tapan entre ellos.

El set arranca enérgico con un tema del primer álbum, «Farewell To The Fairground», y el público enloquece. Llama la atención que el micrófono de Harry McVeigh tiene otro más pequeño encarado al público. Y enseguida entendemos por qué: el quinto miembro de White Lies es su público. Somos menos de 800 personas, pero ese «Keep on running, there´s no place like home» resuena como si fuéramos un regimiento. Hay que reconocer que emociona, pero si hay algo que lamentar en esta gira (y que no es problema de la sala en sí) es que la voz de Harry, marca de la casa, esté tan desaprovechada, diluida entre la instrumentación y los coros de los asistentes. Es posible que el hecho de llevar dos meses y medio de gira tenga algo que ver, pero no deja de ser una lástima que no tenga mayor protagonismo.

Tenemos que esperar hasta el tercer tema para empezar a disfrutar del nuevo material. Lo hacen con «Am I Really Going To Die», tercer avance del nuevo álbum y que es muy bien recibido en la pequeña sala de la Ciudad Condal. Recordemos que Jack, batería de la banda, tuvo la amabilidad de hablar con nosotros dos días antes del concierto y ya nos había avanzado que era un tema que estaba funcionando muy bien, ¡y vaya si funciona! Está tan bien integrado en el repertorio que, quien no lo sepa, pensaría que ya hace años que forma parte de su setlist.

Con «To Lose My Life» vuelve a desatarse la locura, y el ritmo no decae al sonar «Hurt My Heart», una de las dos canciones del EP que publicaron a finales de 2019 y que compusieron tras la gira de Five. «Time To Give» nos da la pequeña tregua que necesitamos para encarar el momento más funky de la noche de la mano de «Is My Love Enough», un tema que gana mucho en directo con una línea de bajo espectacular; es imposible no dejarse llevar. Tras este despliegue de canciones que cubren prácticamente toda la discografía de la banda, vuelven a golpear con una novedad, «Step Outside», un tema que ha compuesto Harry McVeigh al 100 % y que parece que ha ganado terreno a «Breathe», que es la otra canción que ha aparecido a estas alturas del set en otras citas.

Tras «Morning In LA» y «Big TV», le llega el turno a la canción que cierra el nuevo álbum, «There Is No Cure For It». Sorprende la reacción fría del público a esta canción. Hasta el momento la entrega de los asistentes ha sido total, pero seguramente es la canción en la que hay menos conexión con el público. Nada preocupante porque la cosa se encarrila de nuevo en cuanto Harry presenta el siguiente tema: «Es una canción muy especial para nosotros, fue nuestro primer single», avanza. No cabe duda de que es la hora de «Unfinished Business», y lo cierto es que es una gozada ver al público coreándola en comunión con Harry. También es muy celebrada «Tokyo», que va acompañada de un ligero cambio en la iluminación del escenario para llenarlo de color. La tanda previa a los bises acaba tiñéndose de rojo para viajar a Marte con «I Don´t Want To Go To Mars».

No tenemos que esperar mucho para que vuelvan con «Death», otro de los clásicos imprescindibles de la banda. Le sigue «As I Try Not To Fall Apart», un tema en el que el público quizás está un poco más ruidoso de lo normal. «Esta es nuestra última canción», dice Harry. «Espero que nos ayudéis a cantarla» e, inmediatamente después, empiezan a sonar los primeros acordes de «Bigger Than Us». Cero sorpresas. No hubo confeti con la traca final del estribillo, pero sí que volvió esa conexión total ante ese final apoteósico, ese in crescendo que nos arrastra hasta la explosión definitiva de la épica de la canción, que siempre deja un gran sabor de boca.

Aunque se echaron en falta más temas, especialmente del nuevo álbum, fue una velada notable en la que destacó la intimidad entre banda y asistentes. Quizás no es una de las bandas con mayor repercusión en nuestro país, pero sí que se ha labrado la fidelidad de unos aficionados que, cita tras cita, se congregan para recibirlos por todo lo alto. Tras el concierto, tuvimos la oportunidad de hacer una valoración con la banda al completo y afirmaron haber disfrutado mucho de la cita catalana y acabaron encantados con la respuesta del público. Si no habéis podido verlos en Barcelona o en Santiago de Compostela, aún estáis a tiempo de disfrutarlos en Madrid el 18 de mayo o en la jornada del sábado del Low Festival.

Texto y fotos: Miriam Freixas

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