Crítica de discos: Bombay Bicycle Club – Soo Long, See You Tomorrow


Bombay Bicycle Club

So Long, See You Tomorrow

Island, 2014

Bombay Bicycle Club se ha confirmado como una de las bandas más eclécticas de los últimos tiempos en el Reino Unido; y esto, más que el disponer de canciones de gran pegada, es lo que ha hecho que hayan ido creciendo poco a poco y sin aspavientos, hasta alcanzar el número uno en los charts británicos. Para Jack Steadman (vocalista, guitarra rítmica y teclados), Jamie MacColl (guitarras), Suren De Saram (batería) y Ed Nash (bajo) este éxito ha sido como una larga carrera de fondo; pues tras ganar el concurso de bandas de Virgin Road to V en 2006 se demoraron tres años en publicar su debut, I Had the Blues But I Shook Them Loose, que pese a su inmediatez pasó algo desapercibido, no pudiendo beneficiarse así del empuje que recibieron las bandas del post-punk de 2005 (Arctic Monkeys, Bloc Party) o new-rave de 2007 (Klaxons).

Sin embargo, esta ausencia de expectativas resultó de lo mejor que podía pasarles, pues  siguieron enriqueciendo su propuesta de nuevas influencias, como demostraron con el sonido folk que dotaron a su segundo disco Flaws (2010), y sobre todo al variado A Different Kind Of Fix (2011); en el que demostraban no querer anclarse al clásico sonido de un grupo indie-rock. Había espacio para canciones con una clara vocación pop, como el adictivo single Shuffle, pero también por un sonido más épico y americanizado en canciones como Your Eyes y Beggars, o incluso un intimismo más propio de Thom Yorke en I Still.

Soo Long, See You Tomorrow sigue la misma línea variada de su antecesor, y vuelve a contar con la colaboración de Lucy Rose a los coros, dando un empaque más luminoso a los temas del grupo. Esto se puede apreciar desde el primer tema, Overdone, con una introducción muy oriental, que sin la combinación de voces chico/chica habría resultado menos digerible. El álbum no es que sea difícil de escuchar, pero los desarrollos de los temas plantean cambios bastante interesantes, como en It’s Alright Now que contiene unos deliciosos coros casi doo-wap y una batería bastante marcial, así como vientos eufóricos que conforman una agradable melodía estilo Caribou. Lo más pegadizo del disco viene inmediatamente con Carry Me que es su single más electrónico hasta el momento, con varios detalles que podrían convertirlo en un hit en cualquier club indie; las bases programadas del comienzo, la frenética percusión, la estructura vitamínica al más puro estilo Hot Chip, los coros femeninos del estribillo, así como el parón de “If anybody wants to know, our love is getting old”. Hasta podría servir como una posible evolución para los Two Door Cinema Club (con los que comparten el gusto por los riffs suaves y melódicos).

Tras un eufórico comienzo de disco, Home By Now sirve para reconducirnos a la calma y respirar un poco. A partir de aquí los Bombay Bicycle Club se muestran un poco más apagados, por ejemplo en Eyes Off You, o en Whenever, Wherever a pesar del deje de chispa en su estribillo. Solo vuelven a salirse un poco de la norma con el single Luna, en el que peso de la canción recae en el xilófono y los estupendos coros de Rae Morris, a medio camino entre Alt-J y lo tropical; y en Feel, un curioso híbrido entre Bollywood y Crystal Fighters, que seguramente dejará complacidos a aquellos a los que les haya gustado el cambio de Arcade Fire en Reflektor.

Los fans del indie electrónico pueden estar de enhorabuena, ya que Bombay Bicycle Club cubren bastantes palos (Foals, Radiohead, Fleetwood Mac, etc.) sin ser excesivamente brillantes, pero con soltura, a la espera de aglutinar bien todas sus influencias y firmar un gran álbum.

Juan Pablo Reig

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