La fiera voz de Lee Fields resonará el 25 de julio en el Escenario Verde de la donostiarra Playa de Zurriola, en la que será la 50º edición del festival Heineken Jazzaldia de San Sebastián. El soulman de Carolina del Norte estará acompañado de The Expressions, sus fieles escuderos, que también le respaldarán dos días antes, el 23, en el Teatro Barceló de Madrid (este concierto es una coproducción entre Houston Party y Heart Of Gold). Dos actuaciones para disfrutar del magisterio de uno de los pocos intérpretes de soul en activo y en plena forma que ya publicaban música en los años 60, dejando al margen quienes pueblan el circuito “oldies goldies”. Y es que el fuego de Lee Fields sigue llameando y él, con los años sin pesarle, sigue exprimiendo su presente, con absoluto gozo. Eso no quiere decir que no mire hacia atrás, claro, porque su catálogo es bien prolífico desde finales de los 60. Fue entonces cuando empezó a amasar desde funk a lo James Brown hasta blues lo-fi o soul sureño contemporáneo.
Su principal base de fans se situó en los 70 entre los fanáticos del funk, gracias a una serie de singles para pequeños sellos (a lo largo de su trayectoria ha grabado para una docena) que se convirtieron en populares objetos de culto y coleccionismo. Le apodaron “Little JB” porque su look, su manera de cantar y su groove caminaban paralelos a los de Mr. Brown. Renació luego en los 90 reconvertido en cantante de soul-blues a pleno pulmón, un bombazo del circuito sureño que derretía al público femenino. Pero ese mundo se le quedó pequeño al final de la década, por el reclamo que de su nombre hacían compatriotas hip hoperos fans de sus sampleados o británicos que militaban en los rare grooves. Y así, erigido en luz que iluminaba el deep funk con nuevos singles que igualaban, y a veces hasta superaban, sus listones de los 70, renovó su crudeza y energía. Desde “Problems” (2002) y hasta “Emma Jean” (2014) no ha parado de enlazar grabaciones fetén que lo sitúan, dentro del revival del clasicismo negro, en lo alto de la cima. Es el presente que decíamos que exprime, el filete de sus conciertos. No ha ascendido solo hasta ahí: tiene una banda, The Expressions, digna de su líder. Madrid y San Sebastián serán en julio testigos de ello.
