Crítica de discos: Noel Gallagher’s High Flying Birds @NoelGallagher – Chasing Yesterday


Noel Gallagher’s High Flying Birds

Chasing Yesterday

Sour Mash Records Ltd. 2015

chasing yesterday

 

A pesar de que ya han pasado unos 20 años desde la eclosión del britpop, sigue siendo imposible enterrar la marca Oasis bajo la arena. Su legado todavía irradia de vez en cuando en un panorama inglés en el que salvo algunas excepciones no se ha dado el relevo necesario de grandes grupos de rock británico. En mi opinión, fue una lastima que se separaran en un momento de clara recuperación de la mano de Dave Sardy (Dig Out Your Soul), pero la relación Cain-Abel de estos hermanos de Manchester no es algo nuevo precisamente. Como consuelo, los fans han ganado dos relecturas de su pasado, por un lado los Beady Eye de Liam (disueltos recientemente tras un notable e infravalorado BE) y los High’s Flying Birds de Noel, de quién siempre se esperó más debido a su papel como motor creativo de Oasis.

Su debut en 2011 fue una triunfada total en ventas, pero aún que estaba más o menos bien, le mostraba algo acomodado y repantigado en su sofá de vieja gloria del britpop. Algunos de sus highlights, como The Death Of You And Me, ya los había hecho antes y mejor. Con todo, un nivel medio de este hombre sigue siendo algo muy disfrutable, e ignorando los cantos de sirena para reactivar Oasis (aunque todavía siga sacando sus royalties por las reediciones de sus mejores discos) aquí nos llega su continuación, Chasing Yesterday, autoproducido por el mismo.

Riverman abre el disco de manera familiar, con esos acordes Fa-menor que nos devuelven a la magia de Wonderwall, pero poco después se desarrolla de manera mucho más psicodélica, introduciendo saxo y un notable peso de los teclados, con referencias a The Carpenters. Corte de ambientación polvorienta, un poco largo, con algún guiño en su letra a los Beatles («it’s something in the way, she moves me, to distraction»). Toda una escapada de la zona de confort noeliana, que solo se manifestará en In The Heat Of The Moment, primer single y de lo poco radiable que se encuentra en el disco. Coros blurescos simpaticones (nanana) y campanas navideñas, no hay duda de que Noel atraviesa una etapa feliz y enamorada, con el debe de unos versos un tanto simplones. Su mujer Sarah MacDonald parece fuente de inspiración en todo momento para las letras y The Girl With X-Ray Eyes también da cuenta de ello («So she took me by the hand, we followed clues left in the sand»), con una refrescante guitarra y un punto de acidez conectado a la ola neo-psicodélica (Tame Impala, Jagwar Ma, Temples).

La parte central del disco es brillante. Lock All The Doors, guardada en el cajón desde 1992, es un aguerrido homenaje a Morning Glory (la canción) y por su potencia no extraña que date de aquellos días pre-Definetly Maybe. Un triunfo seguro en directo. The Dying Of The Light, guiada por el piano, tiene un matiz brumoso y meláncolico («I keep on running but i can’t get to the mountain, behind lies the years i mis-spent») que mejora la antigua demo y la convierte en la mejor balada de su repertorio post-Oasis. La sorpresa la da The Right Stuff; número jazzie-psicodélico bastante hipnótico, con un excelente peso del bajo + teclados y nuevas apariciones de saxo, que si bien no es su mejor canción si muestra a un Noel Gallagher bastante atrevido, apostando también por unos coros femeninos muy Primal Scream (no extraña que esté encargando remixes a Andrew Weatherall). El lote más destacado de Chasing Yesteday se completa con While The Songs Remains The Same, que se aprovecha de los estertores psicodélicos del anterior tema para desembocar en una gema pop casi susurrada, de las mejores del disco sin duda.

The Mexican es un trotón blues-rock vaquero con aires de cara B que toma prestamos de los Rolling Stones de Goats Head Soup. Lo más flojete del disco, el titulo prometía más. En la recta final, You Know We Can’t Go Back parece tema de piloto automático, pero con las escuchas le vas viendo más cosas, recordando a las alegrías desenfrenadas del Be Here Now (I Hope, I Think, I Know 2.0). Con la voz de Liam hubiera ganado, pero se agradece mucho ver a este Noel con garra. Consumado estratega, se deja para el final The Ballad Of Mighty I, que con una producción de altura se convierte en un curioso híbrido para pistas de baile que mezcla a Chic con el Bus Stop de The Hollies, con la colaboración de las bucólicas guitarras de su colega Johnny Marr.

Irónicamente, Chasing Yesterday no persigue la nostalgia tanto como indica su título, sino que situa a Noel en buena forma y alejandose meritoriamente de su zona de confort Kinks-Weller a la que tanto había acudido en últimamente. Un disco que crecerá con el tiempo y que a falta de otras fechas por nuestra geografía, podremos degustar en directo en el próximo FIB de Benicassim.

Juan Pablo Reig

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