Crítica de discos : Brandon Flowers @BrandonFlowers – The Desired Effect


Brandon Flowers

The Desired Effect

Island Records 2015

The_Desired_Effect

 

No es tan fácil como parece seguirle la pista a Brandon Flowers. Camaleónico, a veces el perfecto yerno moderno, a veces trovador de estadios, otras razonablemente hortera, y al que no le basta acaparar flashes y protagonismo en una de las bandas más exitosas del milenio. Aunque últimamente hayan estado un poco oscurecidos por un deslucido Battle Born (2012), el legado y el reguero de temazos dejados por The Killers ha convertido a Brandon, desde que aquel descarado Mr Brightside que entonaba con veintipocos, en una de las estrellas del pop más reconocibles de nuestro tiempo.

La publicación de su Direct Hits (su mejor disco!) servía de aperitivo para la continuación de una carrera en solitario que comenzaba con Flamingo (2010), donde Brandon en parte se despojaba de esa pompa que luce con su banda para mostrar su cara más introspectiva. The Desired Effect, bajo la guía del productor Ariel Rechtshaid, trata de aunar las diversos gustos y estados de ánimo de Flowers con mayor éxito que su antecesor, siempre desde un prisma tremendamente ochentero.

Y lo consigue gracias en parte al inicio incontestable de Dreams Come True, con cuyo mensaje optimista y confiado solo es posible empatizar («make up your mind, you never what you might find»). Esta canción es una fanfarria totalmente triunfal que te levanta el ánimo en la tradición del mejor Bruce Springsteen, apoyada por los coros de Angel Deradoorian. Después encontramos un rotundo single como Can’t Deny My Love, que poco a poco me ha ido enganchando con su exótica combinación de sintetizadores, percusión tropical, teclados y hasta flautas de pan. I Can Change refleja ese lado petardo que The Killers explotaron en Day & Age, aprovechándose inteligentemente del sample de Bromski Beat, Smalltown Boy, y en la que colabora uno de los mentores preferidos de Flowers, Neil Tennant de Pet Shop Boys; y en la misma onda purpurinesca encontramos canciones aún mejores, como la divertida Still Want You.

Impregnado de letras que tocan especialmente amor, fama y religión (la educación mormona de Flowers se deja ver en temas como The Way It’s Always Been), el álbum se maneja confiado en su registro sintético sin demasiados bajones. Hay de todo; baladas elegantes como Between You And Me, números bailables como Lonely Town o himnos carne de boda en Las Vegas como Untangled Love. Incluso cuando vuelve al rock; como en Diggin Up The Heart, una especie de cruce entre For Reasons Unknown y el Maria de Blondie, como mínimo se mantiene digno. The Desired Effect es un giro interesante en la carrera de Brandon Flowers, si bien no consigue que nos olvidemos de The Killers, si que es la colección de canciones más equilibrada que presenta el de Nevada desde Sam’s Town.

 

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