Crónica de conciertos: Low Festival. Benidorm 24-25-26 de julio 1


VIERNES 24

Siempre que vas a un festival, la realidad se da de bruces con la expectativa, y esa maratónica yincana que te habías propuesto para ver TODOS esos conciertos, suele quedar reducida a ver unas cuantas partes de actuaciones y algún que otro concierto completo, y mi LOW 2015 no iba a ser una excepción.

El primero objetivo fijado para el primer día era llegar a tiempo para ver los LOS ENEMIGOS, pero se acercó la hora de inicio y aún estábamos dentro del bus 01 de camino al recinto. Tampoco sería justo no comentar que el festival ya comenzó en el interior de ese autobús, que iba lleno hasta bandera de lowers con ganas de estrenar esta nueva edición del festival.

Una vez llegamos, ya se escuchaba la inconfundible voz de Josele Santigo, cantante de LOS ENEMIGOS en lo que eran las últimas canciones de su actuación. La veteranía es un grado, y a estas alturas ya saben que ofrecer al público para ganárselo.

La siguiente estación, THE GROWLERS, en el escenario Matusalem. Un grato descubrimiento, el rock psicodélico, surfero y garajero que practica esta banda californiana, que llegaban con el álbum ‘Chinese Fountain’ como último trabajo.

El calor no daba tregua, y se acercaba la hora de un peso pesado. KASABIAN llegó a Benidorm con un propósito marcado (y lo consiguieron). Era el de que no pudieras dejar de bailar durante todo su show. Pero claro, si te llamas KASABIAN y tienes un arsenal de temazos que no vas a tener reparo en hacer sonar, uno detrás de otro, la misión no es tan complicada. Además, la alternancia cantando de Tom Meighan y Sergio Pizzorno es otro valor añadido.

Kasabian. Foto: Javier Rosa

Kasabian. Foto: Javier Rosa

Ya lo dejaron claro cuando preguntaron al púbico si estaban listos para saltar. La única “concesión” al relax fue hacia la mitad del show, con su balada ‘Goodbye Kiss’, que no fue sino una excusa para retomar de nuevo el ritmo frenético a base de empalmar hits.

Con un omnipresente 48:13, como fondo en el escenario y en la batería, los de Leicester demostraron que los temas de su nuevo disco casan a la perfección con su material anterior, y que no han  perdido la chispa haciendo lo que saben hacer, rock bailable y con solera.

Tras ‘Fire’, todos los componentes abandonaron el escenario… parecía el final. Pese que habían cumplido, aún les quedaba algún éxito en la recámara. Pero ya se sabe que en los festivales, las actuaciones no son todo lo largas que se desean, y que los bises no siempre están asegurados, pero era su noche, y con ese público tan entregado, no haberlos hecho habría sido un sacrilegio. Así que se encendieron las luces para que  pudieran volver a escena e interpretar cuatro píldoras más, entre las que no faltó ‘Vlad, the Impaler’, una versión de ‘Praise You’ de Fatboy Slim, hasta llegar al broche de la velada con ‘L.S.F’, que tras finalizar se continuó coreando por parte del público.

Habían dejado el listón muy alto, al menos mío personal, y el resto de grupos que estaban por venir ya no consiguió satisfacerme. El desgaste de energía del concierto anterior también hizo mella. Había que recargar algo las pilas, así que la opción fue ver a los IZAL sentados desde la zona alta de las gradas, en la que además de gozar de una excelente perspectiva, se agradecía brisa de aire que corría. Pese a que IZAL no se encontraba entre mis grupos preferidos del cartel, hay que reconocer que el llenazo del Budweiser era impresionante. Miles de almas entregadísimas que cantaron todas sus canciones. Abrieron con un estreno, el del single ‘Copacabana’, pero fue con canciones como ‘La mujer de verde’, o ‘Asuntos delicados’ donde el público se rindió a sus pies. Sin duda, otros de los triunfadores de la noche.

Ahora le tocaba el turno a THE STRYPES. Lo que había escuchado  de estos jovencísimos irlandeses no me había desagrado, y aunque puede que no inventen mucho, el escenario Matusalem no les quedó para nada grande. El hecho de que parte de sus componentes llevaran puestas las gafas de sol no supuso ningún problema a la hora de solventar un directo guitarrero, fresco pero contundente.

Ahora tocaba el pequeño “dilema”, elegir entre THE GO! TEAM o DELOREAN. A los últimos ya los había visto alguna vez, así que la decisión fue darle una oportunidad a los de Brighton, con su mezcla de estilos como aliciente, y escuchar en directo a su frontwoman, Ninja.

Lo primero que me llamó la atención fue ¿Dónde está la gente? El inicio del concierto no pudo ser más deslucido, ya que se podían contar a los asistentes con los dedos de las manos. La tristeza de la escasa afluencia de público no se arregló mucho, y los fallos de sonido tampoco ayudaron. Definitivamente no fue su noche, y la nuestra, ya había sido, por eso nos retiramos a descansar antes de que terminaran.

SÁBADO 25

Segunda jornada, ánimos renovados y ganas de pasar otra noche mágica en unos de los festivales veraniegos que más se están consolidando en el panorama indie. El clima también nos quiso dar una pequeña tregua, con una noche menos cálida y húmeda.

De nuevo nuestra llegada al recinto se retrasa como para llegar a tiempo de ver a PEACE, del que tan solo pudimos disfrutar de sus últimas canciones. Buen sonido y actitud, ingredientes básicos de su pop-rock indie sin pretensiones pero que engancha. Terminaron con ‘World Pleasure’ del álbum Happy People, que estaban presentando. Les seguiremos la pista.

Cambio de escenario para ver a L.A., que congregaron a miles de seguidores en el Matusalem. Las melodías ensoñadoras de esta banda mallorquina, unidas a la voz de su cantante, Luis Alberto Segura, me recordaron por momentos a Mumford and Sons. Una de las sorpresas fue que contó con la colaboración de Russian Red a la guitarra. Con nuevo disco bajo el brazo (From The City To The Ocean, 2015), no olvidaron repasar temas como ‘Oh, Why?’ o Hands, una de las más ovacionadas.

La siguiente parada no podía ser otra que la de uno de los platos fuertes del sábado, y en general de todo el festival: THE LIBERTINES, que continúan su gira de reunión, y con la grabación de nuevo material (Pudimos disfrutar de cómo suenan en directo ‘Gunga Din’, con su toque reggae que recuerda a los míticos THE CLASH, y ‘Barbarians’ que se incluirán en Anthem For Doomed Youth’). Lo primero que me llamó la atención fue comprobar la buena sintonía entre sus dos líderes, Pete Doherty y Carl Barât, que se apreciaba cuando cantaban compartiendo micro, o con continuas bromas sobre el escenario. Con la imagen de la portada de ‘Up the Bracket’ (2002) como telón de fondo, derrocharon su post-punk enérgico que no ha perdido nada de frescura pese a traspasar la década. No faltaron temas como ‘Time for Heroes’, ‘‘Boys in the band’, ‘Can’t Stand Me Now’, o ‘Last Post on the Buglle , entre otros. Los bises terminaron con un apoteósico ‘Don’t Look Back Into The Sun’, con la respuesta de un público al que la banda agradeció su presencia.

The Libertines. Foto: Javier Rosa

The Libertines. Foto: Javier Rosa

Hora de avituallamiento, con DORIAN como banda sonora, que llenaron con solvencia el escenario Budweiser. Sus asistentes pudieron disfrutar del sonido renovado de sus ya clásicos temas, que forman parte de su último trabajo ‘Diez Años y un día’.

El concierto de los neoyorkinos THE DRUMS en el Matusalem comenzó sin estar lleno, algo que se fue solucionando a medida que llegaron los que se habían quedado hasta el final de DORIAN. El look de su cantante, Jonathan Pierce era cuanto menos peculiar, ataviado con una chaqueta negra con lentejuelas . Y qué decir de sus bailes… en los que parecía por momentos poseído por el espíritu de Ian Curtis de JOY DIVISION. Abrieron con ‘Bell Laboratories’ de su último álbum ‘Encyclopedia’. Sin poderles poner su pega a su directo, creo que les faltó algo de gancho, o tal vez es que tocar después de THE LIBERTINES es un hándicap insalvable. Con ellos nos despedimos de nuestra estancia del sábado.

DOMINGO 26

Último día, y con la determinación de no perderse a NACHO VEGAS.  Primer concierto que veía sin que hubiera caído la noche, y pese a no ser el horario más idóneo, la elegancia y melancolía del asturiano inundaron el escenario Budweiser. La banda combinó clásicos (‘Gang-Bang’ con Abraham Boba de León Benavente al acordeón), con nuevos temas de ‘Resituación’, como ‘Actores poco memorables’, ‘Polvorado’ o ‘La vida manca’.  Pocos pero motivados fans que fueron creciendo y que cantaron todas sus canciones, en un concierto que para muchos se nos hizo demasiado corto. Acabó con ‘La gran broma final’.

Hora de cenar con tranquilidad y de hacer tiempo hasta THE FOALS. El hecho de que tuviéramos que regresar a Valencia esa misma noche hizo que no pudiéramos disfrutar del concierto completo de los británicos, que comenzaron de forma enérgica con canciones como ‘Balloons’ o ‘My Number’, y con un público que había venido con ganas de bailar.

Foals. Foto: Javier Rosa

Foals. Foto: Javier Rosa

En resumen, un LOW que se afianza en el panorama de los festivales veraniegos, en su apuesta por equilibrar en su cartel a artistas internaciones con nacionales, y a bandas consagradas con otras más emergentes, manteniendo una relación calidad/precio que cuesta mejorar.

Javi Terradez


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