Crónica de conciertos: Trajano! + Ghost Transmission – Wah Wah 28/05/2016


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Trajano!

Los fastos del 6º aniversario de la iniciativa The Water Tapes, colectivo en el que se hallan los amigos Juan Limousine, Ángel, Vicente y compañía se celebraron en la sala Wah Wah con la presencia de dos bandas, los setabenses Ghost Transmission con su noise melódico y los madrileños Trajano! con su post punk oscuro. La noche de la final de Champions y otros conciertos también interesantes restaron algo de público al evento, lo que no impidió que se congregase una buena suma de parroquianos, ya que no quisimos perdernos el concierto de Trajano!.

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Ghost Transmission

En primer lugar y desde Xátiva, Ghost Transmission hicieron su aparición ahora reducidos a formato trío con Miriam (voz, percusión), Tatxo (guitarrista) y Pepe (bajista) desgranando sus temas de ruidosas melodías que los emparentan con The Jesus & Mary Chain y The Raveonettes pasados por la batidora de Phil Spector. Con su primer trabajo publicado “Apparitions” han sorprendido a propios y extraños, dejando constancia de ello en su actuación, donde interpretaron temas como “Whore”, “Creep Me Out” o «Lucy´s Charms”. El final fue de infarto, con “Revolt Teen” y “Aparition Of A Ghost”, dando rienda suelta a la distorsión de guitarra en un crescendo apoteósico. Una banda a tener en cuenta.

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Por otro lado, Trajano! era la primera vez que actuaban en Valencia, tras dos intentos infructuosos anteriores. El cuarteto huye de la etiqueta del post-punk pero su sonido es reminiscente de unos The Cure o Joy Division, aunque su nuevo EP busca un ligero cambio de rumbo más luminoso. Su concierto se nutrió de temas pertenecientes a su primer largo y sus EPs con “Jaguar” de primeras, y esos punteos de guitarra que asemejan a Foals. El single formado por “Apártate” e “Icaro” también sonó, así como “Rubí” que da titulo a su nuevo EP.

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En escena Trajano! se muestran inquietos, moviéndose y bailando, con un vocalista de voz grave y profunda, el teclista dando ligeros toques de sintetizador y la base rítmica de bajo y batería a piñón. Fueron de menos a más, tras un comienzo tibio que a medida que pasaba el tiempo se fue afianzando. Para cerrar ofrecieron un trio incontestable de ritmos trepidantes con los que era imposible permanecer quieto, como “Carrie”, “155” y ese himno que es “Iker Jiménez”, con el bajista subido encima del bombo de la batería. Otra de las bandas nacionales que pueden tener un futuro prometedor.

Texto y fotos: Carlos Ciurana

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