La cantautora Ela Vin lanza su primer LP, «Tlazohcamati»


Tlazohcamati la palabra de origen náhuatl, lengua indígena de México, da título al nuevo material de Ela Vin, el proyecto de la valenciana Esther Vinuesa, que hace un viaje virtual por una relación amorosa a través de los diez temas orgánicos y desnudos que integran el LP.

Este vocablo que da nombre al material abarca una multiplicidad de significados tan amplios y ricos como el abanico sonoro que explora este trabajo, que marca un nuevo camino atrevido y valiente desde el título hasta el último tema.

Tlazohcamati es una expresión de agradecimiento. Podría sintetizarse como gracias pero su significado es más profundo. Esta formada por dos verbos: mati que sería “saber” y “tlazoa” que significa apreciar, amar… Por lo que seria saber apreciar, saber valorar en el otro”, explica Esther.

En alguna parte leí que el significado más trascendental sería ‘Tú y yo somos uno en el fuego del amor del universo’. Me resulta absolutamente maravilloso que una palabra pueda expresar tanto. Creo que al final estoy dando las gracias a las personas, a los lugares y a todas las experiencias que la vida me brindó y que me sirvieron de inspiración para estas canciones”.

Latinoamérica: sus olores, sus costumbres, su espíritu, su cosmovisión, su imaginario, sus maneras de entender el amor y el desamor con todas sus aristas y por supuesto sus tradiciones sonoras envuelven el disco como una nube tan etérea como la foto de la portada del disco.

De un tiempo a esta parte escucho mucha música latinoamericana de diferentes épocas. Me conecta con algo que ni yo misma puedo explicar y que tal vez trascienda a mis viajes por esos países. Reconozco que los dos discos de «Musas» de Natalia Lafourcade me han marcado muchísimo. Recogen la tradición y la herencia del cancionero y de la música latinoamericana. El sonido exquisito de estos discos y la emoción tan pura que transmiten me conectó perdidamente y me abrió el camino que hoy quiero explorar”, detalla la cantautora.

No estoy buscando crear un disco con una raíz latinoamericana. Pero es verdad que busco la cercanía a esa delicadeza y sensibilidad profunda que te llega, te marca y de algún modo te fractura. Conseguir eso a nivel artístico me parece muy difícil a la par que fundamental”.

El acordeón- instrumento que ha marcado la vida y carrera de Ela Vin desde su infancia- tiene un protagonismo tan intenso como lo ha tenido en toda su trayectoria y se asoma a lo largo de este LP, impregnado del mestizaje entre España y Latinoamérica, con letras tan llenas de saudade y suave melancolía, que se leen como una carta de despedida que cruza océanos.

Es un instrumento completísimo y con la suficiente personalidad para no necesitar mucho más. Tiene ese toque nostálgico de otro tiempo, ese lamento en su sonido que supongo conecta conmigo. La gente siente una gran simpatía, siempre le sabe a poco y a mí, por el contrario me da miedo saturar, siendo el instrumento que, por otro lado más domino. Y creo que aporta un toque distintivo y de originalidad en todo este entramado”, expresa Ela Vin.

El corazón del disco es una y todas las historias de amor y desamor. Es la melancolía desgarradora de una pasión no correspondida en»Danzantes»; la alusión a un sitio que permanece en la memoria en «San Ángel», un acordeón cobijando los intentos de reconciliación en «Las Horas» o el dulce recuerdo del inicio del enamoramiento en «Dèja Vu».

Xema Fuertes y Cayo Bellveser, del estudio Río Bravo, son piezas fundamentales de la nueva creación de la valenciana. Además de ser los productores de este material, participan como músicos y aportan certeros arreglos al material, consiguiendo que éste sea el disco más maduro y trabajado de la cantautora.

El disco cuenta también con el trabajo de Txema Mendizabal -como ya viene siendo habitual en la formación de Ela Vin-con el pedal Steel y con Óscar Pena al clarinete.

“Tlazohcamati” cierra un ciclo y marca un hito que lo distingue de las producciones anteriores de la artista, no solo por ser su primer LP, después de dos exitosos EPs: “Solitoria” y “Danzantes”, también porque representa una metamorfosis respecto a sus temas anteriores.

“Este trabajo es mucho más orgánico. Se escucha la respiración en la voz, el crujido de la madera, pedales y fuelles de instrumentos. Esos sonidos no están ahí al azar. Es significativo porque también forman parte de la interpretación y se captaron en la grabación del disco de manera intencionada. Me hace sentirlo vivo, cercano y veraz. Y eso es algo que a quien lo aprecie, le permitirá conectar”.

Escúchalo en Spotify y Bandcamp

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