Han pasado dos años y medio desde que White Lies visitaran nuestro país por última vez. Ahora regresan con un nuevo disco bajo el brazo, «As I Try Not To Fall Apart», y tendremos la oportunidad de disfrutar de su directo en Barcelona (13 de mayo en La 2 de Apolo), Santiago (15 de mayo en la sala Capitol) y Madrid (18 de mayo en la sala Mon Live). Nuestra colaboradora Miriam Freixas ha podido hablar con Jack Lawrence-Brown, batería de la banda, que nos ha explicado algunas curiosidades de la creación del álbum, el efecto que ha tenido la Covid-19 en el grupo, cómo está yendo la gira europea y, quizás lo más importante, qué planes se dibujan en el horizonte de los británicos. Esto es lo que nos ha contado.
CLUB DE LOS PILOTOS SUICIDAS: «As I Try Not To Fall Apart» es vuestro sexto álbum y llega 13 años después de vuestro debut. A mi entender, este disco sigue la estela que abristeis con Friends, con mucha mayor presencia de sintetizadores en las composiciones. ¿Cómo ves la evolución de la banda?
JACK: Pues muy buena pregunta. En general, los álbumes de debut suelen ser muy distintos del resto y, en realidad, es algo que le pasa a todo el mundo. Es decir, no puedes hacer un primer álbum más que una vez y tienes toda la vida por delante para prepararte y trabajar en él. En nuestro caso, no teníamos más de 16 o 17 años cuando sacamos «To Lose My Life». Éramos unos críos. No teníamos ninguna concepción de lo que hacíamos ni de lo que podría acabar siendo White Lies. En ese momento nos limitamos a hacer la música que queríamos sin ningún tipo de expectativa por parte de nadie y, por supuesto, sin presiones.
Creo que ahora ya nos hemos acostumbrado al proceso de composición y considero que en lo que más hemos evolucionado es en todo lo que tiene que ver con este tema, tanto si nos juntamos para componer como si lo hacemos solos. Tengo la sensación de que cuanta más música hacemos, más eficientes nos volvemos. Creo que ahora tenemos una idea y nos resulta mucho más sencillo avanzarnos y ver cómo va a ser esa canción. Además, si empezamos a escribir algo tras una gira de seis meses nos saldrá algo muy distinto que lo que puede haber salido en plena pandemia, que ha supuesto pasarnos tres años sin hacer ningún concierto.
CPS: Seguramente todos estamos ya un poco hartos de hablar de la pandemia, pero es innegable que ha jugado un papel importante en la creación de este álbum. Pienso en Charles, por ejemplo, que en algún momento ha dicho que ha introducido más el piano al componer canciones como «Ragworm» o «Roll December». ¿En qué sentido ha afectado el confinamiento y la pandemia al proceso creativo del disco?
J: Creo que el piano es un instrumento bastante interesante para White Lies. Al principio ni nos lo planteábamos. Pero al ir madurando hemos visto que era una buena herramienta para crear efectos en la música. Si no me equivoco, durante la pandemia, Harry pasó bastante tiempo al piano, tocando música clásica… Y para Charles era una asignatura pendiente y quiso aprender a tocarlo mejor. Esta ha sido la primera vez en 13 años que hemos querido introducir este sonido y que lo hemos hecho a conciencia. Es muy característico. Creo que tiene mucho que ver con lo que estamos haciendo ahora mismo y es una herramienta que nos permite añadir una clave más melódica. Yo creo que cada vez va a haber más piano en la música de White Lies; encaja muy bien en la forma que tenemos de componer en estos momentos. No sé, siento que de repente nos ha aterrizado en las manos la llave de una puerta que no habíamos podido abrir hasta ahora; hemos conseguido acceder a la clave del potencial de uno de los instrumentos clásicos más importantes, y nos interesa encontrar la manera de que suene moderno, actual, dentro del contexto de lo que hace White Lies, por supuesto.
CPS: Pandemias aparte, ¿cuál ha sido el mayor reto a la hora de crear este álbum?
J: Pues la verdad es que fue el no poder estar juntos. No vamos al estudio con una idea demasiado clara de lo que queremos conseguir, pero intentamos que la cosa vaya bastante rápida. No somos un grupo que pase mucho tiempo en el estudio; normalmente necesitamos unas pocas semanas. Pero en este caso, con las restricciones y todo, el proceso se alargó mucho. Creo que fue en 2020 que hicimos una primera sesión y salimos con muy buen material, aunque no era un álbum acabado. De todos modos, nos dimos cuenta de que en realidad teníamos mucho más tiempo porque tampoco queríamos sacar nada nuevo hasta estar seguros de que íbamos a poder salir de gira. Entonces decidimos hacer una segunda sesión para componer canciones nuevas y yo creo que aquí fue cuando el álbum acabó de despegar. Hicimos esta segunda sesión con Ed Buller y llegamos con ideas nuevas. De esta sesión salieron canciones que han acabado siendo muy importantes en el álbum, como «Breathe», «I Don´t Want To Go To Mars» o «Blue Drift», por ejemplo.
Sí que fue un reto no poder estar juntos cuando queríamos ponernos a escribir, pero también creo que, al poder disponer de más tiempo por la pandemia, hemos conseguido un álbum más potente.
CPS: Tienes toda la razón. Al escuchar «As I Try Not to Fall Apart», te das cuenta de que las canciones suenan muy distintas las unas de las otras, pero todas conservan la esencia de White Lies. ¿Tú cómo lo ves?
J: Estoy muy de acuerdo con lo que dices. Y creo que esto enlaza también con lo que me comentabas antes de la propia evolución del grupo. Si te fijas en el primer álbum, nos esforzamos mucho en que todo sonara como un conjunto. En los últimos años, nos hemos dado cuenta de que si una canción suena muy pop, sí, podemos añadirle efectos de producción y todo lo que quieras, pero siempre hay que mantener la esencia de lo que pide esa canción. Al final, creo que lo más importante de todo es que la voz de Harry es muy muy característica. Da igual si grabamos una canción más rockera como «Roll December» y la acabamos metiendo en un álbum al lado de «As I Try Not to Fall Apart», por ejemplo, que es una canción muy synth pop. Tú las escuchas y las acabas asociando con White Lies aunque a priori no tengan nada que ver. Y eso pasa gracias a Harry, a su voz. Si hay algo en lo que hemos mejorado como banda, especialmente en los últimos discos, es en que, si una canción apunta hacia una dirección, no pasa nada por dejarnos llevar, no hay que forzar la situación para que siga una especie de línea editorial dentro del álbum. Porque lo importante es conseguir que cada canción sea lo más sólida posible por sí misma.
CPS: No es casual que «Am I Going to Die» y «There Is No Cure For It» sean las canciones que abren y cierran el álbum respectivamente. Ambas se inspiran en el film Ivan´s XTC y muchas veces habéis comentado que conforman la primera y segunda parte de un conjunto. Creo que hay algo especial en el segundo caso; para empezar, porque aparece después de una canción que se llama «The End». Para mí tiene reminiscencias a aquellas canciones escondidas que aparecían en los discos en los años 90. ¿Está hecho expresamente?
J: No, pero me encanta la idea porque yo he crecido en los 90 y tengo este tipo de canciones muy presentes. De hecho, podríamos haberlo hecho así: acabar la canción número 9, dejar 10 minutos de silencio y que llegue la canción. [Risas].
Cuando acabamos el tema «The End», asumimos que sería la canción que cerraría el álbum. Pero después grabamos «There Is No Cure For It» y vimos muy claro que esta tenía que ser la última. Nos pareció genial, ya que es una canción llena de energía y, cuando acaba, te dan ganas de volver a escuchar el disco desde el principio. También nos pareció divertida la idea de que una canción que se llama «The End» no fuera el final del disco, así que este es el principal motivo que nos hizo decidirnos.
También es cierto que, como muy bien dices, «Am I Going to Die» y «There Is No Cure For It» son dos canciones que están relacionadas, y creo que le da un sentido de conjunto. En el caso de «There Is No Cure For It», la hemos estado tocando todas las noches y es una canción que está funcionando muy bien en directo.
CPS: Hay una anécdota de la grabación del tema «As I Try Not To Fall Apart». La tuvisteis que volver a grabar prácticamente de cero porque no estaba en el tono adecuado para Harry. ¿Hay otras historias que os hayan pasado durante el proceso de grabación o de composición que puedas compartir con nosotros?
J: Eso de grabar temas en tonos que no son el de Harry nos pasa bastante a menudo porque solemos trabajar con las demos de Charles y están en otro tono, así que cuando vamos al estudio tenemos que conseguir que todo funcione y adaptarnos a Harry.
No hay grandes anécdotas en el estudio de grabación porque, cuando vamos, intentamos estar lo más centrados posible para no entretenernos más de la cuenta; los estudios de grabación en Londres son carísimos. Por eso normalmente nos plantamos con una idea muy precisa de lo que queremos.
Eso sí, hay una cosa en este álbum y no tengo muy claro si la gente se ha dado cuenta. Al grabar «The End» se añadieron sonidos de fondo y buena parte de ese ruido es mi hija pequeña intentando hablar. Tenía unos cinco o seis meses cuando grabamos el tema.
CPS: ¡Vaya! Voy a tener que ponérmela otra vez en cuanto acabe la entrevista para ver si se nota.
J: Sí, una vez que sabes que está ahí, es bastante evidente que es mi hija.
CPS: Pasemos a hablar de la gira. Hace unos días fui a la presentación de un disco y el cantante comentó que a veces necesitan seis meses para empezar a notar que la gente conecta con los temas nuevos. En vuestro caso, lleváis desde principios de abril de gira por Europa y antes ya pasasteis más de dos semanas por Reino Unido e Irlanda. ¿Qué impresión te han dado los fans con respecto a las nuevas canciones?
J: Estoy muy muy contento con la reacción de la gente. Normalmente necesitamos unos cuantos conciertos para que la cosa empiece a fluir. Pero, claro, nunca habíamos pasado tanto tiempo sin subirnos a los escenarios; han sido tres años. Así que no teníamos muy claro en este caso qué iba a pasar. Para nosotros ha sido un poco como volver a empezar. Pero la reacción de los fans en Europa ha sido muy positiva, especialmente con las canciones nuevas. Es el caso de «Am I Really Going To Die»; la gente se lo está pasando muy bien con este tema. Supongo que también tenían muchas ganas de volver a ir a conciertos, compartir experiencias… Podemos considerarnos muy afortunados. La gente está encantada de estar ahí. Es genial poder volver al ruedo.
CPS: Veo que ya has respondido a mi siguiente pregunta. Quería saber si hay alguna canción que haya destacado especialmente durante la gira y apunte maneras para convertirse en un nuevo himno.
J: Sí. Yo diría que «Am I Really Going To Die» es una, sin duda. La tocamos cada noche. Antes también te he comentado «There Is No Cure For It», que está teniendo muy buena acogida. Es como muy punky y es muy fácil de corear. Tampoco estamos tocando muchas canciones del nuevo álbum. Hemos elegido unas ocho o nueve y las vamos alternando, pero estas las tocamos siempre. En esta gira hemos decidido cambiar el repertorio cada día para ir variando y creo que es muy divertido. Antes de un concierto nos sentamos y decidimos qué vamos a tocar.
CPS: Tengo curiosidad por «Ragworm». Charles ha comentado varias veces que es su canción favorita del álbum, pero aún no la habéis incluido en el repertorio. No sé si tiene que ver con la manera en la que grabasteis el tema, ya que usaste dos baterías distintas para conseguir el efecto en mitad de la canción.
J: No, no. Cuando tocamos en directo no intentamos imitar el disco, no pretendemos que las canciones suenen exactamente como suenan en la grabación. Somos conscientes de que en directo estamos más limitados y sabemos hasta dónde podemos llegar; miramos de adaptarnos. Estas cosas no nos impiden intentar tocar ciertas canciones. Seguramente la tocaremos en algún momento.
«Ragworm» me gusta especialmente porque tiene un sonido muy maduro, y me hace pensar en que la podría haber escrito cualquier otra banda que admiramos, como The National. No sé, me imagino escuchándola y decir: «¡Ostras! Esta canción de The National es muy buena!».
CPS: Visitáis España bastante a menudo. Este año tocáis en Barcelona, Madrid y Santiago, y en julio volvéis para tocar en el Low Festival. ¿Cuál es la relación que tenéis con nuestro país?
J: Bueno, a mí me encanta. Nos lo pasamos muy bien cada vez que venimos a España. No te voy a engañar: lo que más me gusta es la comida. Por eso me encanta venir. Además hace tan buen tiempo, el jamón… En España disfrutamos mucho de la parte turística de la gira.
Además esta vez hemos añadido Santiago de Compostela; es la primera vez que tocamos en esta ciudad. Creo que conforme nos vamos haciendo mayores aprovechamos más las giras para hacer un poco de turismo. Los padres de Charles han estado de vacaciones en Santiago y nos han hablado maravillas.
CPS: Santiago es una ciudad preciosa y podréis probar el marisco de allí, que es increíble.
J: Sí, me muero de ganas.
CPS: Una última pregunta. ¿Y ahora qué? Cuáles son los retos que afrontáis como banda? No sé si tenéis ganas de explorar nuevos sonidos, si ahora mismo os sentís cómodos con lo que hacéis y preferís seguir en la misma dirección… También puede ser que sea algo que no os estéis planteando ahora mismo y que prefiráis dejar para después de descansar de la gira.
J: Estos días hemos hablado mucho sobre lo que queríamos hacer después. Tenemos algunas canciones que no llegaron a entrar en el álbum y nos estamos planteando publicar un EP. Así que creo firmemente que habrá música nueva antes de acabar el año. Además, el año que viene es el décimo aniversario de «Big TV». Ya hicimos una gira para el aniversario de «To Lose My Life» y nos lo pasamos muy bien.
CPS: Ni que lo digas. Estuvimos en Brixton Academy y fue una maravilla.
J: Sí, ese es uno de nuestros conciertos favoritos de lo que llevamos de carrera. Fue muy divertido. Para «Big TV» estamos pensando en hacer algo parecido, pero quizás ir a otros recintos. Queremos tocar el álbum íntegramente, hay canciones de este largo que no hemos tocado nunca en directo. Así que seguramente tiraremos por ahí.
Tampoco queremos dejar pasar mucho tiempo para empezar a trabajar en cosas nuevas, así que estoy bastante seguro de que nos pondremos con un nuevo álbum en seguida. Con todo este tema de la pandemia pasamos momentos muy duros. Creo que ha sido la primera en once o doce años en la que nos hemos dicho «¡Mierda! Puede que esto sea el fin; es posible que mañana ya no tengamos banda, que no volvamos a tocar nunca más». Creo que vamos a intentar ser los más productivos posible mientras podamos, así que es muy probable que empecemos a componer material para un nuevo álbum este mismo año. Y ya veremos hacia dónde nos lleva el camino.
CPS: Soy consciente de que te había dicho que la anterior era la última pregunta, pero no quería despedirme sin preguntarte por un tema que te afecta personalmente. En la gira te hemos visto pasar fatigas con los globos gigantes que lanzáis al público. ¿Cómo lo llevas? De momento no hemos tenido que lamentar daños, ¿verdad?
J: [Risas]. Bueno, lo de los globos es algo muy curioso. A la gente le encantan. Incluso se los llevan a casa. Pero sí que nos hemos dado cuenta de que en salas pequeñas es un caos; la gente se distrae… Es que no funciona. Así que hemos decidido no sacarlos en salas pequeñas. No creo que podamos usarlos en España.
CPS: Sí, lo cierto es que me cuesta imaginar el encaje de los globos en una sala como La 2 de Apolo, por ejemplo.
J: No, no creo que haya globos. Pero sí que intentaremos que haya confeti. Una vez estemos allí ya veremos qué podemos hacer.
CPS: Pues ahora sí que ya estamos. Muchísimas gracias por haber encontrado un hueco para hablar con nosotros. Lo hemos pasado muy bien.
J: ¡Gracias a ti! Ha sido un placer.
Entrevista y traducción: Miriam Freixas