La ecología y la urgencia de revertir las prácticas humanas que generan todos los males que arrasan con la naturaleza es el grito de guerra que resuena en cada eco de este álbum conceptual de Los Malinches que lleva por título ‘Planeta Náhuatl’.
El quinteto regresa a escena con un álbum ambicioso tanto en el cambio de registro sonoro como en composición y orientación, el nuevo trabajo de Los Malinches tiene cierto aspecto de ópera rock, que destila misticismo naturalista y aspecto vintage actualizado por todos y cada uno de sus poros.
‘Planeta Náhualt’ es precisamente eso, una mezcla de diferentes estilos y sonidos muy dispares, pero con la fuerza de las canciones hace que todas las piezas encajen en un brillante conjunto. El disco es la perfecta unión entre la psicodelia y el pop.
“El disco es una obra conceptual que pone banda sonora a distintas posibles fases y escenarios que podrían tener lugar tras la catástrofe que se nos viene encima dados los datos y las señales que, tanto la ciencia como la ficción, nos ha dejado entrever en los últimos años.
Es un proyecto de nueva sociedad tras la destrucción del planeta que habitamos. Una nueva oportunidad de empezar de cero, que finalmente se ve truncada por los defectos intrínsecos en el ser humano, para que finalmente la historia se vuelva a repetir de una forma desalentadora al igual que siempre se repiten los mismos conflictos y las mismas guerras una y otra vez”.
En la primera cara del álbum aun nos encontramos en el planeta Tierra y arrancamos con “La Nube Negra, ya se aleja”, canción positivista donde el protagonista huye del mundanal ruido de donde proviene cubierto por una nube de contaminación, para llegar a un lugar idílico donde lo natural y orgánico aun es algo cotidiano y donde poder empezar una nueva vida sin estrés.
En este bucólico lugar cae la noche y nos encontramos con “En el bosque”. La canción abre con una invocación mística a la flauta travesera interpretada por Cecilia (la única colaboración que encontramos en el disco), basándose en el modo Pelog de la música Gamelan (Bali y Java). Con este tema nos adentramos en un paseo mágico y nocturno por el bosque que nos habla y nos dice cosas que los seres humanos ya no somos capaces de entender.
“Todo Corre” es original de Agrupación Galaxia, de Guatemala. Una canción que se recogió en un single allá por el año 1974 y que es una auténtica rareza. De esta forma Los Malinches siguen con el cometido, que siempre fue una de sus señas de identidad desde sus comienzos, que es la de rescatar la música underground de la época en latinoamerica y darle una nueva vida. En este caso el tema trae un mensaje que le va como anillo al dedo a este álbum. “Llegará un día en que la gente reflexione, no habrá odio, ni rencores, ni desigualdad” ya rezaba el estribillo y seguimos sin conseguirlo.
Pero de repente despertamos del sueño naturista y nos encontramos con el problema. “El Árbol” se convierte en la victima de esta historia y el villano es el progreso mal entendido que todo lo arrasa. Este árbol se ve desplazado sin haberse movido de su sitio y su único lugar posible. Todos sus vecinos han muerto, y tiene que crecer bajo el cemento. Un día este árbol será el único de su especie y el final del resto de especies llegará como consecuencia.
“Campamento Espacial” es el último tema de la cara A y la piedra angular del álbum. Termina este lado del disco y termina la vida en la tierra, y algunos humanos tienen un proyecto de vida en el espacio. En esta nueva era de destrucción que estamos viviendo todo el mundo parece estar de acuerdo con que es mejor empezar de nuevo, y en este campamento espacial se establecen unos valores a los que ceñirse antes de encontrar otro planeta que explotar y mancillar.
El tema “Planeta Náhuatl” es el más psicodélico y surrealista del disco. Se puede interpretar de distintas formas, y esperamos que cada uno encuentre su significado, al igual que cada persona interpreta los sueños de distinta forma y hace lectura de ellos según sus circunstancias. Puede ser un viaje lisérgico, puede ser un recuerdo febril del estado de hibernación en el que el protagonista ha podido estar durante siglos, o puede ser un lugar real en algún punto del universo donde sus habitantes hablan el antiguo idioma precolombino Náhuatl.
“Amor Salvaje” es una revisión de la versión que Los Picapiedras de Chile hicieron de “Wild Love” de Herman’s Hermits en el 67, pero totalmente transformada en una suerte de balada post apocalíptica con efectos de ciencia ficción. Es una resaca interplanetaria provocada por un amor salvaje que quedó atrás en el antiguo mundo.
Y tras pasar por esta odisea y conseguir un nuevo lugar nos encontramos con que siempre hay alguien con ansias de ejercer poder sobre los demás, y que encuentra seguidores y vasallos que apoyen su causa y el uso de la fuerza para someter a quien no esté de acuerdo y, como bien narra “La Patrulla”, volver a lo mismo de siempre. No solo somos capaces de destruir este planeta nuestro sino que somos capaces de volver a “reflotar una nave para gente influyente” después de destrozar este nuevo lugar y seguir con el cuento de nunca acabar.
“Epílogo” es una canción que con mucho salero, chanza y sarcasmo da por perdido todo. Cuando ya no hay mucho más que hacer, bailar y lamentarse por la muerte de todo lo que conocemos hasta ahora, parece ser la tónica de los tiempos en los que los videos cortos de gente bailando en sus casas es lo que más se disfruta.
Y para no acabar pensando en la catástrofe y salir con un sentimiento pesimista, terminamos con lo que podríamos considerar un hit al más puro estilo freak-beat remontándonos una vez más a los orígenes de la banda con “No es tan difícil”.
Ecologismo, pacifismo, tropicalismo, apocalipticismo retro futurista, ciencia ficción sonora a base de farfisa, fuzz, congas, y mil matices más se pueden detectar en esta tercera entrega en formato largo de Los Malinches.
Escucha «Planeta Náhuatl» aquí.
