Crítica de discos: Chvrches @CHVRCHES – Every Open Eye


Chvrches

Every Open Eye

Capitol 2015

chvrches

Cuando Chvrches debutaron en 2013 con The Bones Of What You Believe ya llamaron la atención con una propuesta fresca, estimulante, un tecnopop potente y a la vez melancólico que no tenía nada que ver con la enésima revisión. Pero es que Lauren Maybury, ex-batería y periodista con voz de ángel, Iain Cook y Martin Doherty han ido más allá en su segundo disco, puliendo una fórmula que en su debut aún tenías pálidos reflejos de amateurismo. Ahora que el synth-pop parece volver timidamente a las radiofórmulas e incluso regresan algunos de sus mejores representantes históricos como New Order (ojo a la inspiración de la portada en Power, Corruption & Lies): Every Open Eye casi parece un greatest hits.

Abriendo con un trallazo como Never Ending Circles, los escoceses ponen todas las cartas (emocionales) sobre la mesa. La tierna naturalidad de Maybury se ve contrastada por una letras muy «teenage angst», buscando afirmarse ante aquellos que la ven inofensiva («but i choose to decide that i don’t regret it»). Mismo camino sigue Leave A Trace, rotundo tema que puede llegar a convertirse en su mayor éxito, dominada por unos sintetizadores muy uptempo y cuyo puente eufórico «and I know I need to feel relief» hará mella tanto en discotecas como en festivales.

Every Open Wide no oculta beber de numerosas fuentes ochenteras, solo que revestidas por un ropaje muy 2015. Así, no es de extrañar que encontremos gotas de EDM en el estribillo de Leave A Trace o en Keep You On My Side, pero combinan perfectamente en el cocktail de Chvrches. Como tampoco el toque funk en la elegante High Enough To Carry You Over, de los momentos más calmados del disco y única aportación vocal de Martin Doherty. Otras canciones como la esperanzada Make Them Gold o Empty Treath, parecen habitar en un gran espacio entre Grimes y los guilty pleasures más recientes de Carly Rae Jepsen.

Si bien casi cualquier canción del álbum podría ser single, la mejor para mi sería Clearest Blue con un riff de sintetizadores bastante irresistible, que va cogiendo cuerpo tecno-pop hasta desembocar en un clímax homenaje al Just Can’t Get Enough de Depeche Mode, solo que con los bits del I Love It de Icona Pop. Every Open Wide tiene algunos defectos, como que Lauren Marbury recurra más de lo necesario al chillido emo o que en la recta final Bury It y Afterglow no acaban de llenar, pero como álbum rompepistas y resumen del sonido que escuchamos hoy día, se le pueden poner muy pocos peros. Muy divertido y recomendable.

Juan Pablo Reig

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